martes, 24 de diciembre de 2013

DIOS ES AMOR: ¿NECESITAS MÁS MOTIVOS PARA LA ESPERANZA?


Y llegados a este punto del Adviento, se hace muy presente el mayor motivo que hoy encuentro para la esperanza, que no es otro que el amor. “El amor todo lo cree, el amor todo lo espera”.
Cuando uno está enamorado cambia la mirada y el corazón. Y ahí está la clave, porque la espera del enamorado tiene como componente principal la alegría confiada por un encuentro que transforma. E igual de importante es que nos cambie el encuentro, como que la esperanza sea también transformadora. Porque la esperanza tiene una dimensión dinámica que invita a la búsqueda, al ir más allá, a encontrar motivos en el corazón más allá de los obstáculos.
Así que sí, la clave es enamorarse. Enamorarse de las personas, de nuestras capacidades, de nuestro poder para sembrar esperanza, enamorarse de la vida. Y es en ese vivir apasionados en el que casi sin querer crece la esperanza, que no necesita más motivos que el amor que nace en un corazón sencillo y dispuesto. Sin olvidarnos claro, de que si yo puedo amar es porque Él me amó primero.
Por si acaso esté Adviento la vida nos ha pillado demasiado “ocupados”, dicen que esta noche nacerá una nueva esperanza, una nueva oportunidad para el AMOR, un regalo en forma de Dios encarnado: pequeño, frágil… Hoy podemos vivir el día como fin de la espera, como encuentro, como comienzo. Yo quiero vivirlo como presencia de Aquel que es esperanza en sí mismo, y que nos recuerda que el Amor de Dios puede nacer todos los días si encuentra corazones esperanzados que lo acojan. Hoy nace de nuevo la oportunidad de abrazar la VIDA con mayúsculas. ¿Te lo vas a perder?
Laura García

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